Uno de los esquemas fraudulentos utilizados por la red que aparenta funcionaba en la Cooperativa Herrera (Coop Herrera), desmantelada por el Ministerio Público (MP) con la Operación Búho, era simular reestructuraciones de préstamos mensuales y anuales para aparentar balances positivos en los estados financieros, pero en realidad nunca pagaban cuotas de esos créditos.
Según el expediente de medida de coerción, depositado por el MP, los directivos de Coop Herrera acusados de defraudar a los socios de la cooperativa con más de RD$2,500 millones se constituyeron en una asociación de malhechores a partir del 2018.
De acuerdo al órgano acusador, la estructura delincuencial respondía de forma exclusiva al presidente de la cooperativa, que luego pasó a ser administrador general, colocando en el consejo de administración, en la gerencia de crédito, la gerencia general, auditoría y demás áreas administrativas a familiares y personas de su extrema confianza, lo que le permitía manejar los fondos de los socios como si fuera patrimonio propio.
Adquirían bienes suntuosos
En el expediente de 223 páginas, depositado en la Oficina de Atención Permanente de Santo Domingo Este, el MP señala que con el dinero de los ahorrantes los implicados adquirían bienes suntuosos, como villas, vehículos alta gama y yates, etcétera, utilizando como método de pago los certificados financieros desprovistos de garantía o sin respaldo colateral.
Entre los bienes adquiridos por los directivos de Coop Herrera, el órgano acusador señala un inmueble con una extensión de terreno de 21,000 m2 en La Altagracia, por la suma de US$2,1 millones; y un apartamentos en la misma provincia de 2,175 m2, por valor de RD$74,7 millones.
Pero además de eso, la red adquirió una residencia vacacional en Casa de Campo con una extensión superficial de 2,175 m2, valorada en RD$74,702,250; un apartamento en el condominio de Sotogrande at Cap Cana I, en Higüey, por un monto de RD$38,9 millones, y un yate por US$1,550,000, equivalente a RD$86,800,000.
Cesión de certificados
Todas esas transacciones tienen como comparador al imputado Gabriel Santana Borsiela, cuya modalidad de pago consistía en la cesión de certificados financieros en Coop Herrera.
Otras de los ilícitos que el Ministerio Público adjudica al entramado fue la compra con dinero de los ahorrantes de una guagua Lexus LX570, un Land Rover modelo Ranger Rover, un Mitsubishi L200, un Volteo Daihatsu Delta y una camioneta Nissan 2000, vehículos que habrían comprado para poner un dealer, cuyo monto global de la compra fue RD$7,950,000.
Para blanquear capitales
El MP asegura que para blanquear los capitales y bienes adquiridos, la red criminal diversificó distintas actividades económicas, adquiriendo programas de radio, agencias de viajes y negociando la adquisición de acciones en bancos múltiples.
Agrega que los implicados alteraban los sistemas con datos falsos, para simular que cuentas de determinados socios habían recibido cantidades de dinero por caja, que nunca ingresaban a la cooperativa ni a su bóveda.
Señala que otorgaban préstamos millonarios simulados a personas sin perfil financiero idóneo y que luego abrían certificados financieros para simular el pago de otros créditos de los miembros de la red.
Según la acusación, los directivos de Coop Herrera creaban certificados financieros falsos a nombre de miembros de la red, que tomaban préstamos y lo pagaban con intereses de los certificados sin respaldo.
CREDITO A HOY