La madre del imputado Miguel Gutiérrez se declaró responsable de que un sacerdote y decenas de ciudadanos residentes en Gurabo firmaran y enviaran una misiva a una corte de Estados Unidos, que abogaba por un hombre condenado a 16 años por narcotráfico.
Norma Díaz Peña, madre del exdiputado Gutiérrez, inició su conversación contándome que el sacerdote Nelson Paulino acudió ante el clamor de una madre cuya fortaleza fue puesta a prueba.
“Yo fui donde de él desesperada dando gritos y el padre como que se condolió, porque yo sé que él no puede hacer esas cosas, pero yo le dije que la firmara que habían más personas”.
Cuenta que le insistió tanto al cura, hasta que él accedió, explica que hasta sin leer bien el documento.
“El padre iba a salir y yo lo agarré en la camioneta y le dije ‘ay padre’ fírmela, firmemente; porque yo pensaba que si él la firmaba tenía dos motivos, uno como la fe de él que me le iba a transmitir a la carta, y que le iba a dar peso”.
Doña Norma, como muchos le conocen, se congrega en la Parroquia San Bartolomé Apóstol, forma parte de los adoradores, Emaús y otros tantos grupos, lo que la hizo una ficha conocida para el sacerdote que dirige la iglesia.
“Como yo visito tanto la iglesia, usted ve, ya ellos me conocen, no sólo él, muchísimos sacerdotes me conocen”.
Es enfática al establecer que “el padre sabía que su hijo estaba preso porque yo fui dando gritos, pero no sabía la magnitud del problema, ni yo misma la sabía”.
Precisa que el sacerdote Nelson Paulino había visto su hijo muy pocas veces.
“Yo quiero que sepan que el padre no tiene nada que ver, él no redactó el documento, los abogados fueron que nos lo dieron para que firmarán muchas personas”.
Al enterarse de que había salido a luz la carta, narra que salió sin pensarlo a buscar el sacerdote. “Yo fui donde él, Dios mío, yo me mandé dando gritos con los pies hinchados”.
Norma Díaz duró más de 25 años trabajando como educadora y es madre de 5 hijos, 2 de ellos condenados en Estados Unidos por tráfico de estupefacientes.
Narra que ese 18 de mayo de 2021 cuando su hijo fue apresado en el aeropuerto de Miami, ella estaba durmiendo y tuvo un presentimiento de que un gran problema se avecinaba.
“Ese día cuando a él lo apresaron yo estaba durmiendo y sentí un sobresalto, pero yo estaba lejos de que sería algo como eso, porque una persona así como él, diputado, y quizás ahora él pensaba en tener otro cargo, no sé”.
Nunca se imaginó que su hijo estuviera vinculado a tráfico de cocaína.
“Eso me cogió tan de sorpresa que yo nunca me imaginé, porque él es muy trabajador, fue comerciante, tuvo muchos tipos de negocio, menos de eso. Bueno lo último que fue hasta el otro día fue diputado”.
Explica que el sometimiento de sus hijos la enfermó y la deprimió tanto que se apartó de la iglesia.
“Yo por este proceso dejé de ir un tiempo a la iglesia, y fueron los amigos los que me insistieron tanto hasta que volví y no quisiera salir de ahí”. Para quienes se preguntan cómo ha estado emocionalmente, luego de tener dos hijos condenados, en tono enfático precisó: “No le deseo a nadie que pase ni la cuarta parte de lo que yo he pasado”.
Se describe a sí misma como una persona intachable, cristiana, entregada a sus hijos y a su comunidad.
“Yo me considero intachable porque yo nada más le enseñaba cosas buenas, sinceramente yo no sé en qué fallé”, dice con voz entrecortada.
Explica que criar es una labor compleja, “ya que tú le das a tus hijos lo que entiendes que necesitan y muchas veces no es suficiente”. Destaca que su padre, quién falleció hace 7 años, “tampoco era así, era muy diferente”.
“Es muy difícil porque lo primero que tú haces es darle su educación, él la tenía, visitaba la iglesia con frecuencia, cooperaba con los demás, con los trabajadores,con otros, así que es difícil decirte qué tú le enseñas”.
Para cuidar su salud mental ha decidido no consumir ninguna información del proceso de sus hijos.
“Yo casi no veo ninguna noticia donde hablan de mi hijo, porque casi por televisión no lo mencionan, la mayoría son esa gente que opina que no digo que sea mentira todo, pero inventan muchas cosas”.
Cuando viaja a visitarlo o conversa con él vía telefónica nunca conversan sobre cómo se involucró en este delito.
“Ni él me pregunta, ni yo le digo, porque le dan tan poco tiempo que es a penas una hora que le dan entonces yo no voy a alborotar la avispa con eso, me cogió mucho lo tarde a mí”.
Asegura que su hijo está arrepentido. “Cada vez que hablamos él se la pasa lamentando, me dice mami lo lamento mucho, y le dice y le dice”.
LA CONDENA
“Desde el viernes yo no me he levantado, los pies los tengo que ya tú sabes hinchados, hasta pelao’ me han salido”, así se sintió al conocer el viernes el veredicto de una corte de Miami que condenó a su hijo a 16 años de prisión. Está confiada en que su hijo no permanecerá tanto tiempo en prisión como lo dicta su sentencia.
Sobre el caso de su otro hijo dice “está casi solucionado, porque su participación fue muy mínima “.
Finaliza su conversación explicando que “esto me está derrumbando más”.
«Yo he sentido mucho lo de este muchacho (en referencia a su hijo Miguel Gutiérrez), pero lo del padre hoy cuando yo me levanto, otra cosa más, eso acabó conmigo».
EL OBISPADO
La iglesia no ha emitido una posición oficial, sin embargo una fuente del Obispado de Santiago nos confirmó que los sacerdotes hace años tienen prohibido hacer este tipo de cartas.
Los líderes de la iglesia católica están investigando la situación y hasta el momento no se han pronunciado.
CREDITO A LISTIN DIARIO