A sus casi 99 años, el arquitecto Francisco Manuel Batista recuerda con una asombrosa exactitud los proyectos en los que ha trabajado, y narra detalles inéditos de muchas de sus obras.
Cuqui, cómo le conocen en Santiago, ha sido un prodigioso del dibujo, fue el arquitecto que diseño el Palacio de Bellas Artes en Santo Domingo, el edificio del Cuerpo de Bomberos en Santiago y el edificio donde hoy se construye la estación central del teleférico y monorriel de Santiago, entre otras muchas obras.
Siendo muy joven trabajaba en un compañía constructora donde coincidió con el arquitecto Rafael Bonnelly, responsable de la construcción de la Penitenciaria Nacional de La Victoria, y sin proponérselo formó parte de los diseñadores del proyecto.
“A Bonelly le dieron un plano hecho por unos militares para que los construyera, y él me preguntó qué tú crees de ese plano. Yo le dije que le faltaban baños y las juntas, porque con esa cantidad de baños los reos no podrían permanecer por mucho tiempo presos, habían muy pocos baños para tanta gente”, explica Batista.
La Victoria estaba diseñada para alojar 978 hombres y 188 mujeres, esta última área contaba con un patio aislado y servicios independientes.
“Pero a él (Bonelly) le pidieron que generara una solución de construcción que no aumentara el presupuesto, ya que Trujillo había dicho que no se podía gastar ni un peso más del que se había previsto, y de no acatarlo los constructores podían ser apresados”, afirmó Batista.
La cárcel de La Victoria fue construida con una inversión de 915,000 pesos, RD$750,000 de los cuales fueron destinados a su construcción y RD$165, 000 al equipamiento de los 4 talleres que tenía.
“La solución que yo le di fue quitarle la viga y crearle la bóveda en los techos de los salones, que era más económica, pero se hacía todo lo necesario; él quedó bien y no se quejó de que perdió dinero”, explica.
El ingeniero Bonelly suscribió el contrato con el licenciado Porfirio Basora, a la sazón procurador general de la República a principios de 1951, y la penitenciaria fue inaugurada el 16 de agosto de 1952 justo el día de toma de posesión de Héctor Bienvenido Trujillo como Presidente de la República.
Las notas periodísticas de la época destacan que esta cárcel tenía una tendencia a clasificar los presos, basándose especialmente en el principio establecido por el arquitecto penitenciario Alfredo Hopkins, en corregibles o no corregibles, que se refiere a su aptitud de aprender o no.
ESTRUCTURA
Ante el equipo de Listín Diario el arquitecto Cuqui Batista dibujó una estructura similar al plano original de la penitenciaria La Victoria, cuyo pabellones están dispuestos en un octágono que permitía una mejor vigilancia y distribución de los 1,200 privados de libertad. Esta distribución, disminuía la distancia entre un pabellón y otro.
En su diseño original contemplaba cuatro tipos de celdas: una con capacidad para alojar 90 reclusos, la cual cuenta con una medida de 33 x 6 metros en la parte exterior y 29 x 3 metros en el interior. La siguiente que alojaría a 45 privados de libertad con medidas 19 x 6 en su interior y exterior. El tercero tiene una capacidad para 4 reclusos con una dimensión de 4 x 6 metros, y la último será unipersonal de 2 x 3.85 metros. Se contemplaba que cada celda tuviera sus baños acorde con la cantidad de reos que tuvieran.
Los pasillos, puertas y ventanas fueron diseñados de modo tal que los privados de libertad no tuvieran restricciones de aire, agua y luz, además, los servicios sanitarios deberían estar disponibles en todo momento.
Para su inauguración contaba con 139 inodoros, 114 lavamanos, 112 duchas y 39 orinales.
Cuatro eran los pabellones para labores que tenían espacio para la lavandería, taller de costura, una barbería, taller de carpintería; y un hospital con dos pabellones, uno para hombres y otro para mujeres y entre ambos tenía una capacidad de 100 personas.
El área administrativa fue contemplada como el edificio principal de 300 metros de largo por 200 de ancho, que cuenta con dos niveles. En la segunda planta se ubican los dormitorios de los alistados, la oficina del oficial comandante del Ejército, oficinas generales y salón de recibo.
SOBREPOBLACIÓN
El arquitecto asegura que la estructura no tenía capacidad para las más de 7,000 personas que tenía el recinto hace dos semanas cuando en su interior se produjo un incendio presuntamente por un corto circuito, sin embargo establece que es responsabilidad de las autoridades este hacinamiento.
“No, pero lo meten sin razonar si caben, y los presos tienen que pedirse permiso para irse durmiendo unos y se paran otros”, explica
FORTALEZA SAN LUIS
Trabajando en otra compañía constructora famosa de la región Norte, participó en las reparaciones de la Fortaleza San Luis, que a la sazón era la cárcel de Santiago.
“Ayudamos a reparar los baños, el comedor, los dormitorios y un pequeño hospital en la Fortaleza San Luis.
De sus más de 70 años de experiencia en la construcción destaca que las cárceles deben ser centros para regenerar y transformar la vida de los reclusos.
“A juicio mío las cárceles deberían tener un taller de oficio, el que está preso debe aprender un oficio, y hasta que no aprenda no puede salir”, expresó.
Sobre la nueva Victoria asegura que parecen edificios de apartamentos, les faltan soluciones de construcción para ser considerada una cárcel.
CREDITO A LISTIN DIARIO