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CLINTON Y LOS REFUGIADOS HAITIANOS (OPINION)

PorPorvenir Prensa

Abr 1, 2024
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Por Damaris Patrocinio

Bill Clinton, quien había asumido la presidencia en enero de 1993, solicitó a diversos mandatarios latinoamericanos la posibilidad de admitir refugiados haitianos que los norteamericanos no deseaban acoger en su territorio. Todos los gobernantes que fueron consultados, sin excepción, se negaron categóricamente a las sugerencias planteadas por el gigante del Norte.

El caso de Venezuela, históricamente vinculado a Haití por la ayuda recibida por Bolívar de manos de Pétion en el siglo XIX, resulta harto elocuente. Rafael Caldera, a la sazón agotaba su segundo período presidencial, cuando expresó: “nos produce mucha pena la deplorable situación de los haitianos, siempre los hemos ayudado y estamos en disposición de ofrecer cualquier tipo de ayuda humanitaria, pero acceder a brindarles asilo en nuestro país es diferente.

Esa descabellada propuesta es imposible de aceptar, los venezolanos no me lo perdonarían nunca, sería incapaz de traicionar la confianza que por segunda ocasión han depositado en mí”. A eso se llama defender el interés nacional, el cual es sagrado para cualquier ciudadano, máxime cuando se encuentra dirigiendo los destinos de un pueblo. De manera que interpretar, defender y representar los intereses colectivos es una tarea que exige suprema dignidad y auténtica vocación de servicio.

Caldera, quien conocía los vínculos históricos de ambas naciones, no se atrevió a acceder a la petición formulada en aquella ocasión por considerarla lesiva para su país. Lo mismo sucedió con el mandatario de Costa Rica, José Figueres, quien afirmó: “No me parece que ningún país de América Latina esté en condiciones de hacerse cargo del enorme problema que representan los emigrantes haitianos”. En esa misma dirección se pronunció el presidente cubano, Fidel Castro, al señalar que los haitianos que tocaban sus costas eran atendidos en los hospitales y se les proporcionaba ropa y medicamentos.

Ahora bien, tan pronto las condiciones eran propicias “todos serán reembarcados en sus reacondicionados botes y remolcados por lanchas de nuestra marina, hasta las proximidades de las costas de Haití”. Así establecía límites entre lo que es el trato humanitario y solidario y la defensa del interés nacional, misión suprema de todo gobernante. Asimismo, el exmandatario colombiano, Ernesto Samper, se negó a que se establecieran campamentos temporales de refugiados en el territorio de su país, calificando esta iniciativa como “absolutamente inaceptable”. Por otra parte, en 1994, el expresidente Joaquín Balaguer puntualizó: “funcionarios del Gobierno norteamericano y Organismos Internacionales han insistido en que la República Dominicana conceda refugio a los haitianos que están abandonando su país en embarcaciones hacia los Estados Unidos y algunos otros destinos; asimismo esos funcionarios me reiteraron el compromiso del gobierno norteamericano de responsabilizarse por completo, de todos los gastos que conllevaría la construcción de las instalaciones que servirían de campamentos, en territorio dominicano, a los refugiados haitianos.

Asegurando además que proveerían toda alimentación y medicamentos que sean necesarios en los mismos”. Estas solicitudes de refugio para nacionales haitianos tenían como contrapartida la concesión de préstamos y reconocimientos al exgobernante, quien rehusó esta clase de facilidades por entender el perjuicio que ocasionaría al pueblo dominicano asumir esa población extranjera. Esta posición patriótica, al negarse a la instalación de campamentos en suelo dominicano, le fue cobrada dos años más tarde cuando se le recortó el período presidencial. Pero cerró su ciclo histórico con suprema dignidad, al pagar el precio de preservar la soberanía de nuestro país.

Se dice popularmente que lo importante no es la manera de comenzar, sino la de concluir. Definitivamente que el doctor Balaguer culminó con hidalguía su carrera política al negarse, igual que otros exmandatarios hispanoamericanos, a aceptar imposiciones en detrimento de sus conciudadanos. Basta con leer las palabras pronunciadas en aquella ocasión: “Sería para mí un auténtico despropósito aceptar el asentamiento de haitianos en tierra dominicana! ¡un desconocimiento…una negación y una ofensa a la memoria de tantos dominicanos que todo lo sacrificaron por la patria, por esta patria de Duarte, de Sánchez y de Mella!”. A eso se le llama tener conciencia histórica, sentimiento patriótico y asumir responsabilidades con valentía.

Justo ahora me acaban de enviar una nota de voz donde dice que SI instalaron CAMPOS DE REGUGIADOS EN FRIUSA Y VERON Y QUE NI El GOBERNADOR ESTABA ENTERADO.. No la anexo por aquí porque no se como.. pero se las puedo compartir…. RECORDEMOS QUE ESTE GOBIERNO DICE UNA COSA Y POR DEBAJO HACE OTRA.. y más sabiendo que al Dr. Joaquin Balaguer esa determinación le costó dos años de la presidencia. Sin embargo la aceptó, ANTES DE TRAICIONAR A SU NACIÓN.. ¿Que está haciendo el actual presidente?, juzque usted por los hechos.